jueves, 26 de junio de 2008

Monseñor Vicuña


Hace unos años, la querida Hermana Mercedes de las Casas, actual superiora de la Congregación Hijas del Espiritu Santo, me enseño un concepto bastante interesante: las Diosidencias. Según esto las coincidencias no existen, son obras de Dios que nos ayudan en un momento determinado.
Y creo haber vivido en las últimas semanas una Diosidencia; cuando mi Fe, se encontraba afectada por una gran crisis espiritual, que me hacia cuestionarme muchas cosas que son fundamentales en mi vida. Desde mi Fe en Cristo, en la Iglesia, en la hermandad humana, en las escrituras, incluso en las practicas religiosas, llegando hasta cuestionar mi mantenimiento dentro de la Iglesia como Laico comprometido.

Un dia llegue a la parroquia a cumplir con mis compromisos, y me encuentro con el parroco que nos fundo por alla en 1947, Monseñor Eladio Vicuña, hacia varios años que no lo veia, me sorprendio verlo llegar en silla de ruedas, mucho mas "viejito" cargando con sus 97 años; me dije a mi mismo pobrecito, y a reglon siguiente ya me imagino la laaaarga homilia, que por supuesto va incluir esas interminables historias de como se construyo la parroquia, de como consiguio esto o aquello, que el crucifico se lo trajo de la Parroquia de Ñuñoa, que el sagrario es español y tiene esto y aquello. En eso me sorprendi en la sacristia saludando a monseñor, y tube una sensacion extraña, que no la habia tenido hace tiempo, era como reencontrarme con mi abuelo, fue algo super extraño.

Fue como una cosa instintiva de ayudarlo y cuidarlo, me quede cerca del altar para asistirlo, y fue impresionante escucharlo, su voz de abuelo rejuvenecio entre esas paredes que conocio cuando eran una pila de ladrillos en la esquina de Las Acacias (Rodrigo de Araya) y Macul. Hablo claro y preciso, supo explicar de manera clara los textos liturgicos del dia, y llevarlos a una realidad diaria tan cotidiana, sin grandes explicaciones teologicas, ni fundamentos hipocritones.

Hacia tiempo que no escuchaba una homilia que me llegara tan adentro de mi corazon, de esas homilias sinceras; con una forma distinta, pero con un efecto muy similar a mis añoradas homilias del Padre Rene; este con la fuerza de descubrir a Dios en la simplicidad humana, y moseñor con la fuerza simple de la paternal experiencia.

Varias fueron las cosas que han pesado en mi desde ese encuentro con don Eladio, primero darme cuenta, de que la ausencia de mi abuelo habia mellado fuertemente, que la fuerza con que lo asumi, no era mas que una coraza para no demostrar mi necesidad de el, de no demostrar el inmenso vacio que dejo, en parte por que debia ejemplificar la cristiana resignaacion frente a la muerte.

Y tambien me di cuenta de la importancia de un director espiritual, en especial y muy especialmente, en un laico comprometido; por que su falta es una entrada facil del mal, que siempre espera su anidacion en quien debe cusar mas escandalo por su Fe. Despues de 4 años, senti de verdad la falta de ese guia que es el Padre Rene, nunca fui de sus mas cercanos en su paso por mi parroquia, y cuando se iba se creo una rica relacion que se ha mantenido con el tiempo, lo aprendi a conocer. De esos curas acogedores, pero que no le tiembla la voz, cuando la enbarras de decirte claramente que la estas cagando, con todas sus letras, con el que puedes generar la confianza de ir a hablarle con toda sinceridad, cuando lo necesitas y saber que te va a escuchar y no se va a persinar, ni va a abrir los ojos, si no buscas cuidas la gramatica. Que no te va a escuchar con la risita facil, cayendo casi a la mueca, para despues largarte el rosario del pecado y blabla.

Necesitamos mas sacerdotes de ese talante, de la paternidad de don Eladio y de la franqueza del padre Rene, que con sus diferencias de años y de experiencia de vida, siempre tendras la certeza de que su consejo sera el adecuado.

Lamentablemente, hoy monseñor no esta en buen estado de salud, me gustaria tener la oportunidad de decirle en persona, lo valioso que ha sido para mi, el acompañarlos todos estos domingos en Misa, ha sido un instrumento de Dios, para mi vuelta a mi casa espiritual. Ha rechazar los intentos de claudicar en mi Fe, a reencontrarme con mi espiritu de servicio.

Los antiguos romanos, acostumbraban a hacer entrar a sus Generales victoriosos sobre un carro triunfal, pero detras de el iba un esclavo que le repetia al oido: Recuerda de eres mortal. Muchas veces a conocer la diferencia entre el bien y el mal, jugamos con ese llano vacio que queda entre ellos y nos olvidamos de la escencia. Y aqui paso al reves el que estaba detras redescubrio que era mortal.

Redescubri, que rezar no es lo mismo que orar; que hay algo mas que un trozo de masa en la ostia, que ahi esta mi Señor; que es rico ser ungido como El lo fue en Betania, pero es mas rico para el alma compartir el pan como en Emaus, con un hombre que parece no saber lo que esta pasando, pero que al final de la jornada nos deja una tremenda leccion de Vida, Fe, Esperanza y Amor.

Gracias Dios, por esta Diosidencia.

2 comentarios:

Prelado dijo...

Que lindas palabras, Don Eladio es un Santo, se le extraña mucho...

Sofi dijo...

Hola,
Soy sobrina nieta de don Eladio. Para mí era el "Tío Yayo", el hombre que asumió un rol similar al de abuelo una vez que el mío, su hermano, murió en 1997. Desde que tengo uso de razón íbamos frecuentemente a su casa y siempre nos recibía con mucho cariño.

Me dio mucho gusto ver el impacto que tuvo mi tío en tu vida. Siempre lo vi más como un familiar que como un líder espiritual, y me agradó mucho ver la impresión que dejó en ti.

Saludos