lunes, 23 de junio de 2008

Betania o Emaus

¡Oh pobre de aquél
que por la calzada sale de Jerusalem!.

Aquel que en la encrucijada del camino
se tropieza con su pasado,
que lo detiene y lo destruye;
que acaba amarrandose
con las cadenas que creia abandonadas.

Doscientas ochenta y ocho lunas
han pasado, de aquella
que lo acompaño en la desición
que que sendero cubrir con sus pisadas.

Con brocha y pincel
guiastes su desición
de Betania a Emaus, ¡Oh Señor!

Con Tomas y Francisco
ejemplificastes ts vocare.
"El homo nom fasce peccatum Deus"
"No se puede servir a lo que se pudre"

La rebeldia de este encuentro
transformo al hombre;
la rebeldia, revelo a su corazon.
Destruyo todo lo bueno y noble
de su espiritu.
El vacio de vacio se lleno.

¡Oh Tomas, oh Franscico!
acudan a la ayuda del caminante;
que deje atras su pasado
y que vuelva a contemplar la jaris.

Que se reencuentre,
con el pan de Melquisedec,
que da nueva vida,
eterna vida.
Que lo inunde de ti ¡Oh Señor!

Que frente a ti,
se vuelvan sus rodillas a doblar,
y que su boca vuelva a exclamar:

¡Miserre meun, Deus omnipotens!
¡Peccatum meun perducat!

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